¿Y por qué tanto suspenso?
El cine me permite entrar a mundos que de ninguna otra forma podría conocer. Y el suspenso es un viaje a esos mundos que permite generar muchas emociones.
Muchos piensan que es un género; otros lo definen como el objetivo que todo contador de historias debe generar en el espectador. Por tanto, acerquemos este texto a ambas visiones.
Pero, ¿qué es el suspenso?
El suspenso o suspense es un género literario derivado del Romanticismo aplicable hoy día por igual al género cinematográfico del mismo nombre. Las primeras menciones de suspense si dieron en las películas policiacas de principios del siglo XX, pero años más tarde, su aplicación se dio también en el cine oscuro. Algunas personas también han llamado a este género como “Thriller”.
El principal objetivo del suspenso (como género, claro está) es mantener al público en un estado máximo de tensión posible, a través de la preocupación de lo que pueda ocurrirle a los personajes, y por lo tanto, deberá estar atento al desarrollo del conflicto de la narración. Se trata de una estrategia para generar y mantener el interés del receptor que es, como yo entiendo el cine, lo que todo director debería buscar.
En el suspenso producido como resultado del misterio, el espectador sabe que hay un secreto, aunque ignora la solución que puede tener. En este caso, el narrador compite con el espectador y debe sorprenderlo. Ello atrae la curiosidad de este último, y se resuelve por medio de la explicación del narrador o del personaje que cumple el papel del investigador en la historia.
En 1960, se dio uno de los grandes hitos del género de suspenso con el film Psicosis de Sir Alfred Hitchcock, rodada en blanco y negro para aumentar el ambiente sombrío de la historia. Es una película en la que, hoy en pleno siglo XXI, la mayoría de la gente que la ve por primera vez, queda impactada por la historia y sus consecuencias, a menudo sorprendida por la música, fotografía e interpretaciones. En esta película, el ambiente lleva al espectador a momentos de tensión en los que no tiene elementos para saber qué es lo que pasará en la trama, y hay que decir que la banda sonora fenomenal también genera una gran tensión. Ya quisiera yo hacer una película así.
Hitchcock, el maestro del suspenso, creó ese grito clásico de mujer despavorida, quizá por ver al violador lunático vestido de negro entrando por su puerta; además, desarrolló muchas técnicas para crear suspenso y su cine, hoy en día, es reconocido como uno de los más importantes de la cinematografía mundial. Podemos destacar La Ventana Indiscreta (1954), Vértigo (1958) y Los pájaros (1963) como parte trascendental de su filmografía. Si alguien tiene mayor interés de conocer a Hitchcock, recomiendo el libro “El cine según Hitchcock”, escrito por el cineasta francés Francois Truffaut. Vale mucho la pena.
Otros autores
Entre otros ejemplos de cine de suspenso podemos mencionar, entre otros, a:
- M, de Fritz Lang (1938)
- Rashomon, de Akira Kurosawa (1950)
- Testigo de cargo, de Billy Wilder (1957)
- Seven, de David Fincher (1995)
- Memento, de Christopher Nolan (2000)
- Los Otros, de Alejandro Amenábar (2001)
- El silencio de los inocentes, de Jonathan Demme (1991)
- La Isla Siniestra, de MArtín Scorsese (2000)
¿Y qué ha pasado con el cine nacional?
En México, yo destacaría como trabajo de suspenso el realizado por los cineastas Carlos Enrique Taboada por Hasta el viento tiene miedo (1968), Fernando Méndez por El vampiro (1957), Jorge Pons por Los albañiles (1976), y Juan Bustillo Oro por El hombre sin rostro (1950)
Tengo la impresión que en los años venideros más historias mexicanas de suspenso saldrán a la pantalla grande. Habrá que estar al pendiente.
(Carteles promocionales de las películas "Veneno para las Hadas" de Carlos Enrique Taboada, "El Vampiro" de Fernando Méndez y "El hombre sin rostro" de Juan Bustillo Oro.)
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